Septiembre 10
Ya llegue al punto donde siento que tengo que ser extremo para poder derrotarlos. Estuve observando la flora de sigma 9. Mientras buscaba veneno en alguna de ellas, vi un pasillo, un camino entre tantas plantas. Estaba cortando las plantas con un machete y luego para verlas mejor, con una tijera y una lupa, pero este pasillo me llamó la atención. Decidí meterme por ahí e ir a averiguar a donde me llevaría. Cuando me metí, llegue a unos arbustos con frutas. Tomé una de esas frutas y la abrí con la tijera. Inmediatamente cayó un líquido verde de ella que quemaba, y al caer en el piso generó un pozo. Me asusté y escapé.
Septiembre 11
Despues de pensar mucho en que hacer, me vino la idea a la cabeza de usar estas frutas para matar a estos polípteros. Me convertiria en un héroe para todos y ademas encontraría una solución. Decidí volver al final de ese pasillo y tomar muchas de esas frutas para analizarlas. Creía que la flora de este lugar sería irrelevante, pero me retracto: es única, increíble. Metí las frutas en las bolsas. En el camino a la base pensaba que diria si algun compañero ve mis frutas asesinas, por que si alguien las come, ¡moriría! Pensé en decir que serian cerezas desconocidas pero tampoco quiero mentir. Lo mas fácil será trabajar en secreto. Al llegar a la base, las examiné y analicé mientras los demas salían a seguir investigando. Las frutas tenían químicos muy fuertes; amoníaco combinado con algo de ácido. De repente escuché que venían otros científicos e inmediatamente tiré a la basura la fruta y escondí la bolsa debajo de donde dormía. Nadie sospechó y creo que nadie sospecha nada. Ahora mismo estoy planeando: trató de “perfumar” las frutas para llamar la atención de estos polípteros y tras comerlos, moririan. O directamente capturarlos también llamando su atención y luego envenenarlos.
Septiembre 12
Me desperté ya pensando en lo que haría hoy. Me sentí medio aislado de los demás por eso decidí tratar de hablar con algunos, pero sin dar detalles de mi plan. Me levanté y me fui lejos así nadie me encontraba. Lleve la bolsa de frutas, guantes, un frasco de vidrio mediano, un cuchillo conmigo y una lupa para probar como funcionaría mi plan. Una vez alejado, me apoyé sobre una gran piedra lisa para que me haga de mesa. Con los guantes puestos, corté la fruta y por poco no salía humo de ella. Tomé el frasco y fui a buscar un políptero. Una vez capturado, lo llevé a la mesa y al abrir el frasco, introdujé un poco del líquido; no fue ni necesario que el líquido caiga sobre el políptero ya que ni bien lo tocó, murió. Fue un instante. Un instante donde la sonrisa dominó mi cara. Guardé todo y lo llevé a la base. Escondí lo que era necesario. Salí de la base y actué disimuladamente. Todos estaban metidos en sus cosas. Yo lo único que hacia era pensar como envenenar a los polípteros, hasta que se me ocurrió una idea.
Septiembre 13
Hoy junté a todos los científicos y decidí mostrarles mi descubrimiento. Sabía que muchas mentes se le ocurririan más ideas que a una sola. Tomé lo mismo que ayer y delante de todos, les mostré mi trabajo, igual que como lo había hecho: el frasco, los guantes, el cuchillo. Con el políptero capturado. Tras la demostración, todos quedaron impactados. Y fui aplaudido. Me dije a mi mismo “Hoy es el día, hoy comienza todo”. Finalmente yo sería el heroe. Recibí muchas proposiciones y yo propuse un trabajo en equipo. Llegamos a la conclusión de crear un repelente contra ellos. Un repelente corporal para que cuando se acerquen, se envenenen y mueran. El día de hoy fue muy largo pero continuaremos trabajando en los próximos días ya que esto parece el principio de algo grande e importante.
Septiembre 15
No pude escribir ayer, quedé exausto y no tuve tiempo. La creación del repelente, la producción, la cosecha de frutas y las pruebas tomaron tiempo. Creamos una crema con este líquido y nos poníamos un poco en una parte del cuerpo. Cuando un políptero se acercaba a picar, moría. Mueren de envenenamiento, intoxicados. También descubrimos que al tratar de picar, absorvía el líquido químico y se quemaba por dentro en cuestion de microsegundos. Podía llegar a agonizar si era fuerte, pero no sucedió mucho. El repelente está dando efecto!